Quedar con Antoni Serra, Antoni Figuera y Guillem Pomar ha sido emocionante. Y con esto que acabo de escribir, más las lúdicas fotos adjuntas, se pueden imaginar aventuras de todo tipo, claro, pues vivimos tiempos amarillos.

Pero la que me ocupa y alegra ahora mismo y me permite ver muchos más colores es su cordialidad inteligente, que me ha cambiado el punto de vista sobre ciertos aspectos… importantes. Sí, eso es, ni más ni menos.

Me llevé unas cuantas babaianes -que es como se denominan las mariposas en Sóller- en la cabeza, sus libros que descansan ya en la maleta y estoy deseando leer, Luis Goytisolo y José Luis Rodríguez García, más opiniones sobre libros ajenos, las anécdotas de hirondelles letradas que nos traspasaron mediante infusión verbal, los rebentats chistosos y la seriedad de una paella deliciosa… Y con esta pócima mágica volveré a escribir a mano con el bolígrafo de Figuera, seguiré escribiendo en definitiva, en dos domingos sabré lo que opina Antoni Serra de mi libro de poemas de 2004 -“Lais per amants distingits”- en el diario “Última Hora”, me replantearé muchos proyectos y… continuará.

Y hasta aquí puedo leer. En breve os contaré mucho más sobre todo este asunto de “las letras y la vida” con ritmo mallorquín que da más sentido que nunca a este blog.

Sí. Julio, este año, llegó con grandes sorpresas, y lo mejor de todo es que… el mes no ha terminado.

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