boina

“Esta palabra extravagante tiene su origen, si esta torpe filología no falla, en la obra de Severo Sarduy y Lezama Lima. Refiere a todo exceso, a todo aquel organismo que rebasa sus propios límites, a todo aquel artefacto que desborda su propia función, a aquél movimiento que va más allá de su propio objetivo, al proyecto que supera su propia finalidad. Es, a fin de cuentas, otra palabra para el monstruo”.

*Y justo al lado, al azar (me gustan tanto las pantallas como las bibliotecas, donde abres y cierras y recorres y descubres libros que, de otro modo, ni se te hubiera ocurrido h-ojear), justo al lado, como decía, lo que sigue:

“No importa en verdad el resto; no importan los géneros o sexos, ni la homosexualidad ni la heterosexualidad de nadie: importa su compatibilidad o incompatibilidad química, y la pésima, amorfa, y arbitraria regulación del universo, en donde todos estos seres chocan desorbitados, creyendo tener destinos, dioses, y otras muchas trascendencias.”

Con esto ya tengo para seguir ensimismada hasta mañana. Nos vemos!!!

 

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