Un coche cama de un ferrocarril es muy sugerente, como se demuestra Alfred Hitchcock al final de “Con la muerte en los talones” (1959), y hasta las butacas de los aviones, si se sabe y se tiene habilidad suficiente, como podemos recordar en “Emmanuelle” (1974).
Publicado por Roser Amills
Escritora mallorquina. Radio y TV. Muy activa en las redes sociales, comparto desde Palma de Mallorca cuanto descubro para que nos divirtamos juntos, aprendiendo. Ver todas las entradas de Roser Amills