Escritora y periodista, la mallorquina Roser Amills intervendrá hoy en el instituto Eduardo Pondal y mañana presentará su novela «Asja» en A Tenda dos Libros.

Con siete años dijo que de mayor iba a ser escritora, y en ello sigue, escribe. Tiene más de 20 obras publicadas, poesía, ensayo y novela, y ha sido traducida a seis idiomas. Esta mallorquina residente en Barcelona se ha ganado numerosos premios y, dice, le encanta tomar parte en charlas y talleres. Roser Amills (1974), también periodista, estará hoy y mañana en Ponteceso. Hoy, para mantener un encuentro con alumnos del instituto Eduardo Pondal dentro de las Xornadas de Xénero del área de Biblioteca municipal y, mañana, para presentar su última novela, «Asja: amor de dirección única» en la librería A Tenda dos Libros, a las 13.00.

-Escribe en su web «Sé lo que quiero decir, y lo digo sin pelos en la lengua». ¿Qué trae en mente para esta charla «Vitaminas para adolescentes»?

-Voy dispuesta a revolucionar un poquito las ideas que tienen sobre la igualdad y la mujer, y sobre la autoestima que se requiere en la vida. Cuando uno es adolescente no se da cuenta de que una parte importantísima, más allá del físico o las redes, es la cultura. Voy a conseguir que salgan de esta charla con muchísimas ganas de ponerse a leer y con una visión más amplia de lo que es ser feminista o machista hoy en día.

-¿Qué mensaje quiere trasladarles sobre la igualdad?

-Hay muchas rémoras que quedan del pasado y que ahora, porque se habla más de todos estos temas, es importante seguir puliendo. Hemos avanzado en igualdad, pero queda mucho por recorrer y creo que la responsabilidad de cualquier creador, artista o escritor, es tener presentes estas realidades. Con los años me he dado cuenta de que toda mi obra ha girado en torno a darle voz a lo que realmente merece la pena, más allá de modas o temas superficiales. Mi objetivo es que ellos, los jóvenes, noten que es una responsabilidad individual esto de la igualdad.

-Bodas, salud, erotismo… tiene palos muy diversos en su obra. ¿Qué la inspira?

-Cualquier expresión que tiene una persona en sociedad es un relato. Cuando uno lee, y a mí me pasa desde niña, encuentra que alguien explica justamente aquello para lo que tú no tienes palabras. Pongo en este sentido mi humilde granito de arena sobre aquellos temas que, creo, no se hablan lo suficiente.

-Tiene perfil en casi todas las redes y es muy activa también en plataformas online. ¿Qué papel hay que sacarle a las nuevas tecnologías?

-También esto se lo explicaré a los adolescentes. Las redes nos aportan una visibilidad y nos dan una autoimagen, pero no nos tenemos que quedar en la superficie. No deben caer en la ingenuidad de creerse que en el aspecto está todo: hay que tener un contenido.

-¿Qué expectativas trae en su visita a Ponteceso, tierra de un autor fundacional para Galicia, Pondal?

-Es mi primera vez en Galicia: todas las visitas que me han prometido hacer serán una experiencia. Es descubrir un mundo que me parece apasionante y además con algo que creo que tenemos en común: soy mallorquina y toda mi infancia la he pasado hablando mallorquín y castellano. Creo que a vosotros os pasa lo mismo y eso me produce una sensación de complicidad: hay algo antiguo, bueno, sano, familiar en la forma de pensar.

-¿Qué nos puede contar de «Asja. Amor de dirección única?

-Asja es el nombre de la protagonista de la novela. De Letonia, desarrolló su carrera entre Rusia y Berlín. Es un caso más de las mujeres ignoradas en las biografías, porque se la consideraba simplemente una novia-amante del filósofo Walter Benjamin. Cuando la conocí hace muchos años, leyendo sobre él, me di cuenta de que hablaban de ella de forma muy superficial. Tuve la impresión de que faltaba información y, efectivamente, al investigar, me di cuenta de que en todo el mundo no se había publicado nada sobre ella: y es, nada menos, una pensadora de alto nivel que ayudó a Benjamin en sus inicios. Por ser mujer se la había ignorado, cuando todo el mérito es suyo. Cuando él la conoció ya era directora de teatro bolchevique.


CARBALLO / LA VOZ 15 de marzo 2019

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