A partir de mañana empezaré a volver

de mi viaje de ida,
a buscar excusas para salir de casa,
a limpiar, moler, rebanar, pelar y reponerme
con el frío de esa palabra que sobró y desearía
no haber pronunciado pero ya es tarde
para la resistencia que se estira
si los fusibles andan oxidados.
Los muelles necesarios, sí, entonces
se elaborarán a partir de datos dispersos,
fragmentarios, asequibles
y la ingenuidad pesará más, eso no se improvisa,
es transparente y delicada como una nota mojada,
la ingenuidad puede ser balsámica
como el teatro de las razones o los arándanos,
como el corazón de las manzanas peladas
y estoy harta
de ver películas
sobre perdedores,
insisto,
así que mañana,quizás, retorno al pasado,
empezaré a medir a partir del alba
cada golpe de suerte con el cuentakilómetros
a ver si por fin calculo la distancia necesaria.

roser amills pared blanca

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