“La agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida”
Federico García Lorca

Si hacemos caso de lo que cuentan los medios, el cine, las famosas en sus entrevistas… La humanidad está en su mejor momento por lo que a calidad y cantidad de orgasmos se refiere.

Pero luego una se sienta en la cama tras una noche de sexo y hace balance y para conseguir cada orgasmo hay que esforzarse, hay que estar en un estado de gracia especial que con el estrés de la vida cotidiana cuesta mucho alcanzar.

“Los orgasmos no son tan importantes”
-Olivia, en cambio, no ha tenido nunca un orgasmo, pero aparente-mente no le importa porque el sexo no lo es todo… ¿o sí? Le digo que el sexo es muy importante, sobre todo cuando es precisamente ella la que ha sacado el tema. Si saca el tema es que le importa, que es un tema relevante… Debatimos durante un buen rato y sólo llegamos a una diminuta conclusión: la falta de buenos orgasmos le está causando una ausencia manifiesta de confianza en sí misma.

Pero Carmen nos cuenta que ha leído que este asunto depende en buena parte del entrenamiento, de arremangarse y trabajar, pues los orgasmos son de quien se los trabaja, una idea que Olivia aplaude y que la ayuda a sonreís: nos promete, más alegre, que va a masturbarse un poquito más para estar de mejor humor, una bue-na estrategia mientras piensa en cómo decirle a su chico lo que le gusta y lo que no le gusta del sexo que tiene. Aplaudimos.

¿Tenemos que dejar los orgasmos para las vacaciones de verano o alguna aventurita de fin de semana?
En el día a día, las cosas son muy distintas a las maravillosas escenas del cine y las novelas, y por mucho que tu novio esté esfor-zándose no es fácil relajarse y conectar con el sr. Orgasmo. No nos engañemos, es así.

Cuesta encontrar la chispa tras una dura jornada de trabajo y con la presión de que a las pocas horas volverá a sonar el despertador, y así un día tras otro… Esto genera malestar y aburrimiento en la pareja, pero este desinterés tenemos que tener muy claro que no nace en la cama, sino mucho antes…. Cuando os aburrís juntos mientras cenáis, por ejemplo.

Prueba a cambiarlo todo: cenad en el balcón o en la terraza aunque haga un poquito de frío, duchaos juntos de vez en cuando, quedad para comer tumbados en un parque para mirar cómo pasan las nubes por el cielo mientras os besáis. Que cada día sea un poquito especial, que cada día os sorprenda con sensaciones nuevas, sin estrés pero sin pausa, en pequeñas dosis constantes como si se tratara de un medicamento homeopático, pues todo eso mejorará vuestros orgasmos, pues habréis reconectado lo que más los condiciona: vuestra ilusión por seguir juntos.

Conclusión (siempre provisional, porque hay que seguir aprendiendo y experimentando siempre)
La felicidad sexual no se logra con meros golpes de suerte, que pueden darse pocas veces, sino con esas pequeñas maravillas intencionadas que puedes promover por ti misma todos los días. El asunto es disfrutar.

Y si lo vamos a hacer hagámoslo tan bien como podamos para disfrutarnos y para disfrutarlo plenamente, o no merece la pena. ¡Manos a la obra y menos quejas!

Aprende más en “Me gusta el sexo”

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