Los humanos somos capaces de humanizar todo lo que tenemos a nuestro alrededor, las prendas que vestimos o que visten las personas amadas y así sentir hacia esos objetos cariño protector, compasión, piedad y… deseo sexual. Cualquier prenda es digna de convertirse en fetiche, pero la lencería es la que se lleva la palma. La hay de todas las formas y materiales, y además a la hora de elegirla, el color parece ser también importante.
Publicado por Roser Amills
Escritora mallorquina. Radio y TV. Muy activa en las redes sociales, comparto desde Palma de Mallorca cuanto descubro para que nos divirtamos juntos, aprendiendo. Ver todas las entradas de Roser Amills