Le encanta escandalizar y por nada del mundo quisiera curarse la lujuria. “Lujuriosos somos todos, como Hacienda”, añade. Contó en 2004 en el dominical de El Mundo que tiene un sueño recurrente: un desconocido se enamora de ella y lo hacen a la primera. “Hubo una época en la que fui bastante promiscua, y no me arrepiento porque de todo, incluso de los errores, se aprende algo. Pero esta fase ya pasó, a mi edad ya no resulta tan fácil: ni estoy tan buena como estaba ni cuento con el tiempo y la resistencia física como para aguantar hasta las tantas de la mañana a ver si cae algo”. “Casi todas la noches tengo sueños eróticos. En todos ellos, la pareja con la que me acuesto es alguien a quien no conozco en la vida real y casi siempre, una persona distinta. Esa persona está enamoradísima de mí y hacemos sexo por puro amor. Se lo conté a un psicólogo y me dijo que son sueños propios de personas con poca autoestima o que se sienten poco queridas: como si el subconsciente elaborara un mecanismo de compensación y te diera de noche todo el amor que echas en falta durante el día. Supongo que no es una fantasía muy perversa, pero en realidad, mi fantasía por antonomasia es hacer el amor (no confundir con follar) con alguien perfectamente desconocido, que así, de buenas a primeras, me encuentre maravillosa y se enamore perdidamente de mí”. También me cuenta, en un descanso de la gala del Planeta 2011, con su marido delante, que le encantaría un trío con Sharon stone y su pareja (la de Sharon, el marido de Lucía queda fuera de este juego).

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