El biólogo, fisiólogo evolucionista, biogeógrafo y escritor estadounidense Jared Diamond, en su obra “¿Por qué es divertido el sexo?”, sostiene que la sexualidad humana es tan extravagante que no encaja dentro de lo que se considera un comportamiento sexual normal, entendido éste -entre las 4.300 especies de mamíferos- como acto que persigue la reproducción de la especie. Nosotros, los humanos, somos los únicos que además de practicarlo para reproducirnos… nos dejamos llevar por la imaginación. Desde siempre, la literatura ha estado ligada a la hemoglobina y al crimen. Desde obras como Gilgamesh, La Iliada o la Odisea, llenas de destripamientos, decapitaciones y asesinatos, a las tragedias griegas, tan pródigas en gore: la automutilación de Edipo (se saca los ojos), o la exhibición de la cabeza de Penteo en Las Ménades para impactar al público. También hubo quien se abrazó a la muerte para sublimar su pasión: lo cuenta Carmen Posadas en la biografía que publicó sobre la bailarina “La Bella Otero”: en los periódicos de la época aparecían notas informando que fulanito de tal se suicidó dejando a La Bella Otero una nota que decía ‘Me mato porque no tengo dinero para hacerte feliz’.

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