Este pasado domingo 30 de junio, para terminar el mes e inaugurar el verano, Viñedos Singulares, la dinámica bodega que elabora vinos -desde Vino Afortunado a Entre Lobos o Corral del Obispo, cada vez más presentes en cualquier evento social que se precie-, nos invitaron a una experiencia muy muy especial en un viñedo en Vilabella.

Roser Amills en la fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019
Roser Amills en la fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019

La jornada arrocera en el viñedo fue efímera, pero las fotos quedan para volver a disfrutar que hicimos amigos durante una fiesta arrocera organizada y desarrollada de forma impecable, con completo aperitivo y el maridaje musical de la Dj, nos reunieron y alojaron Ana Lopez Bernabé y Txàber Allué a Cesc Sales, Ariadna Giné, J Dalmau, Miquel Caimary, Jordi Pi, Sandra Blasco, Daniel Arbós, Sofía Mayoral, Ferran Pallàs, Mireia Illamola, Thais Blume, Oscar Gómez, el dibujante JS Linares, Magda Puig, Sofia Mayoral, Arthur Jubany, Anna Hernando, Ruth Vidal… y Alberto García, que me hizo muchas de las fotos.

fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019
fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019

Hacía muchísimo calor, es cierto, pero fue fantástico sobrellevar las altas temperaturas en esta finca de Vilabella del chef Txaber Allue y Ana López Bernabé, la compañía y, sobre todo, brindar por una serie inolvidable de espléndidos arroces nos mantuvo de muy buen humor hasta bien entrada la tarde.

Nos marchamos antes de la puesta de sol para cumplir con obligaciones inexcusables, que si no aún estaríamos ahí porque ya es lunes mediodía pero si cierro los ojos oigo aún la música, me vienen aromas de camagrocs y trompetas de la muerte y costillas y esas ensaladillas caseras… Gracias, de corazón, por estos momentos afortunados!!!

Y qué divertidas anécdotas!!! Saludamos a los amigos, bailamos enamorados del vino, compartimos una mixtura de creatividades luminosas, tanto culinarias como de las diferentes facetas de este nutrido grupo de personas creativas a caballo entre la reivindicación de libertad y el asentamiento de buenos proyectos -la actriz Anna Bertrán acaba de rodar un maravilloso corto y compartió con nosotros su alegría-, y charlamos más y brindamos aún mejor y sobre todo reímos con Vino Afortunado. Un vino y mil vivencias en nuestras memorias, un enclave más para nuestra lista de lugares singulares y sorprendentes donde de vez en cuando nos juntan y nos seducen para homenajear la particular imagen que ha sabido forjarse Viñedos Singulares, los vinos sexys, los aromas frescos como el espíritu de quienes organizan temporada tras temporada estos eventos de sensibilidad terrenal y espiritual, desde su nacimiento en 2007.

Aproveché para llevarme al viñedo una tote bag de tela que me tiene enamorada también, podéis verla en las fotos, es de Alamar Editions, de Mallorca, y me da mucha alegría!

Sed afortunados, y si mientras lo sois tenéis sed, ya sabéis, una copita de vino afortunado en buena compañía.

Roser Amills en la fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019
Roser Amills en la fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019

Roser Amills en la fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019
Roser Amills en la fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019

Roser Amills en la fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019
Roser Amills en la fiesta de Viñedos Singulares de junio de 2019

Un poco de historia sobre VIÑEDOS SINGULARES

Junio de 1993. Dos hermanos confiesan a su madre el deseo de homenajear a su fallecido padre realizando un viaje hasta Santiago, su tierra natal, durante las vacaciones de verano y conduciendo el viejo Seat 128 rojo que él tanto amaba. Son jóvenes, aventureros y no superan los veinte años. Ella, cautelosa, les presta el coche durante dos semanas de agosto con una condición: deben volver con un tinto bajo el brazo del que su padre pudiese estar orgulloso. Amantes de la viticultura por herencia familiar, pues, inician el viaje sin creer en los milagros pero con el convencimiento que los tesoros más bellos son aquellos que nadie ha logrado encontrar. Cerca de Santiago, en una carretera comarcal de las Rías Baixas, un reventón inoportuno les impide seguir adelante y les obliga a caminar bajo la luna en busca de ayuda hasta llegar a un caserío rodeado de viñas. Desesperados, les abre la puerta un hombre que les da cobijo y dos copas de vino que, según les dice, él mismo cosecha y produce. No es tinto, pero tampoco es de este mundo. Descubren allí, en esa pequeña bodega, la perla que andaban buscando y su particular peregrinaje cobra sentido: tenía razón Erasmo, en el vino está la verdad.

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