Para representar el voyeurismo, Dalí empleó la imagen de un árbol alto, por su cualidad de observatorio, como el ciprés. Por otro lado, el exhibicionismo, del latín exhibere, “mostrar”, es la inclinación de un individuo a exponerse en público de forma espontánea y excesiva, sin ajustarse a las normas sociales, por el placer sexual que obtiene al asustar o crear pánico a otros mediante la exposición por sorpresa. También se considera exhibicionismo la necesidad de ser visto para poder excitarse, lo que en las películas se representa con el paseante que, al divisar una víctima, abre de golpe su gabardina para mostrar los genitales.

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