Este artista y cineasta francés de origen polaco, autor de una buena cantidad de películas eróticas de sorprendente refinamiento donde el fetichismo es un ingre-diente obligado, era un gran coleccionista obsesionado por los pequeños detalles. Logró reunir los más increíbles objetos eróticos o con una alta carga sensual de todas las épocas y culturas: piezas de madera, marfil o porcelana, sombras chinas, siluetas tailandesas, juguetes, títeres, marionetas, fotografías, películas mudas y hasta grabados y dibujos de Rembrandt o Peter Fendi, solo por mencionar a dos artistas tan diferentes en calidad y estilo. Pero su mejor colección la tenía guardada en secreto y sólo fue conocida tras su muerte, por infidencia de uno de sus hijos: la más completa colección de lavativas hechas de distinto material y con las más va-riadas formas y tamaños, todas en buen estado y perfecto funcionamiento. A este tipo de fetichismo se le denomina clismafilia, una parafilia que consiste en recibir o poner, enemas (lavativas) mientras se realizan juegos sexuales o durante el propio acto sexual.

Comparte y comenta esta entrada: