Por Olga Andérez, en su blog «En un lugar de la imprenta»:

Después del fiasco que me he llevado con algún best-seller, últimamente me he vuelto un poco reacia a leer novela erótica. Sin embargo, con “Me gusta el sexo” de Roser Amills no nos encontramos ante una novela.

No sabría cómo definir este libro. Está claro, como he indicado, que no es una novela. Tampoco es un manual de sexualidad. Yo ni siquiera lo considero un libro de autoayuda. ¿Podría ser un ensayo sobre el sexo y la sexualidad? Podría. De todas formas, da lo mismo, porque tampoco hace falta etiquetarlo todo en esta vida de una manera tan rígida.

Posiblemente sea un libro enfocado más a las mujeres, especialmente a las mujeres heterosexuales (ya que como comenta la autora, ella no ha tenido relaciones homosexuales y no puede hablar de ellas). Sin embargo es un libro que cualquiera puede leer. Es más, yo recomiendo a todos esos hombres que todavía se amedrentan ante una mujer con las ideas claras y liberada sexualmente, que se lo lean sin falta.

Roser es esa persona que, sin conocer de nada, tienes la impresión de que podrías pasarte horas hablando con ella y no se agotaría la conversación. Tan sólo delante de un café (o un mojito, por qué no) y los temas fluirían sólos de uno a otro, y, por supuesto, esos temas pasarían inevitablemente por el sexo. Por favor, más Roser Amills en nuestra día a día.

Llama a las cosas por su nombre, sin caer en lo soez, en lo obsceno o en lo sórdido, porque ante todo tengamos claro que el sexo no es ninguna de esas cosas (a mí, particularmente, obsceno me parece lo que hacen muchos políticos de este país, pero eso es debate para otro tipo de blog).

No tiene una vida sexual más plena quien tiene más relaciones, o quien llega a más orgasmos, si no quien está plenamente satisfecho con la suya. No hay tabús, no hay nada obligatorio, ni nada prohibido. Los límites están en el consenso de las partes implicadas.
Por Olga Andérez, en su blog: «sumérgete en las páginas de “Me gusta el sexo” y déjate llevar»