Té para dos, 1990 Amo las tardes indecentes en cafeterías para pitiminíes, las malas artes de tu nombre bailando entre mis labios. La historia del té con limón (a veces también con piel y azúcar) y al camarero con su embarazosa dignidad cuando nos ve casi desaparecer bajo la mesa. Amo los ojos tiernos de … Seguir leyendo un par de poemas de Silvia Ugidos