ANCHA DE CADERA | No os perdáis la entrevista que me ha hecho @lorenagracia Me lo pasé pipa respondiendo!!!

Me gusta el sexo

11 abr por ANCHA DE CADERA

Queridas y queridos.
Conocí a Roser Amills hace un año y medio aproximadamente. Vino al programa donde trabajo acompañando a su pareja, el periodista del diario La Vanguardia, Víctor Amela. Roser llevaba un precioso vestido de Josep Font que jamás olvidaré y enseguida se arrancó regalándome un ejemplar del que entonces era su último libro: Las 1001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia. Me comprometí a leerlo y hacerle una crítica. A día de hoy está medio leído y le adeudo todavía la crítica prometida, pero llegará, todo a su tiempo.

Source: roseramills.com via Roser on Pinterest

A Roser no es que le guste el sexo, es que le encanta. Y va por ahí poniendo chapitas  con la frase “Me gusta el sexo” a todo el que se encuentra y subiendo las fotos a Instagram. Porque le gustan mucho las fotos, sobre todo si se trata de autorretratos en servicios públicos donde no se corta un pelo enseñando el culo. Es una mujer que derrocha energía y que no tiene pelos en la lengua. De esas que llaman a las cosas por su nombre.

Hace unas semanas me envió un artículo muy interesante sobre el proyecto que está desarrollando el fotógrafo neoyorkino Clayton Cubbit: Hysterical Literature. Se trata de una serie de vídeos, un proyecto artístico, donde se ve una mujer en un cuarto oscuro, sentada frente a una mesa con un libro en la mano. La mujer empieza a leer y el espectador se da cuenta de que su gesto cambia, se ríe, se calla, retoma la lectura… todo hasta que termina teniendo un gran y placentero orgasmo.
Podéis ver todos los videos en el canal de YouTube del proyecto.
El proyecto me pareció sublime. Increíble cómo las lectoras, a las que alguien está masturbando debajo de la mesa, intentan concentrarse en su lectura, intentan ignorar el placer puro que están sintiendo en ese momento, y los escalofríos que recorren sus cuerpos. No pueden evitar sucumbir finalmente al orgasmo, dejando a un lado el libro y deshaciéndose en gritos de placer. Erotismo puro, limpio, sin pornografía. Increíble.

Source: defharo.com via M. on Pinterest

Pues bien, no se se por qué no me sorprendió que Roser fuera participante también de este proyecto, pero en su versión española, o catalana. El productor Emilio Manzano, de Pickwick Films, decidió emprender este proyecto  convencido de la necesidad de que la cultura siga siendo transgresora y provocativa, o provocadora. “La cultura es un carnaval, una desvergüenza, un revolcón… Y la cultura catalana, que es el ámbito de esta adaptación del proyecto original de Clayton Cubitt, tiene una gran tradición transgresora ya desde sus orígenes, con Ramon Llull… “, me cuenta Emilio, que asegura que la propia Roser se seleccionó a sí misma para participar en este proyecto.
Una de las preguntas que yo me hacía es qué buscan exactamente con este proyecto, a parte de provocar, y Emilio es sincero al contestarme que “probablemente no se trata tanto de buscar como de ver qué encontramos: abrir debates, generar controversia, divulgar la obra de Mercè Rodoreda, observar y aprender sobre ese gran misterio que es para nosotros, los chicos, el orgasmo femenino… y para vosotras también puede que represente un punto de partida para vuestras propias reflexiones… No sé, el principal órgano sexual parece que es el cerebro, y este proyecto se dirige directamente a él, combinado con otro de los grandes misterios cerebrales, que es el proceso de la lectura.”
Os dejo el vídeo para que lo veáis y sigáis leyendo la entrevista que le he hecho a Roser Amills.
He optado por transcribir literalmente la entrevista a Roser porque creo que después de ver el vídeo merecéis tener toda la información.

ANCHADECADERA: ¿El orgasmo es real?
ROSER AMILLS: El orgasmo es real. Es un orgasmo intenso pero que avanza poco a poco, podría decir que “inesperado” porque me resisto para poder seguir leyendo, pues esas son las inStrucciones que le he dado a mi cerebro: “lee y no te preocupes de nada más”. Nunca antes había tratado de vivir a un orgasmo de una manera tan ajena a mí, y la verdad es que es muy excitante.

ADC: ¿Cómo y por qué se produce el orgasmo?
R.A.Estoy sentada en una silla con un cojín pequeño debajo del culo para facilitar el acceso a mi vagina con un vibrador. Alguien está bajo la mesa con un vibrador muy potente, con varias marchas y combinaciones de intensidades, y lo pone en funcionamiento en cuanto empiezo a leer. No hay penetración ni un esfuerzo demasiado complejo por parte de quien está bajo la mesa. La combinación de “nadie lo ve” + “estoy leyendo y no me deja” + “no tengo que hacer nada ni pensar en nada más que en leer” = mi excitación se descontrola muy rápido y siento un enorme orgasmo en el que pierdo el mundo de vista.

ADC: ¿Cómo te sentías al ver que estabas muriéndote de placer?
R.A.
En cuanto empiezo a notar placer noto deliciosos escalofríos por la espalda y la nuca, la sorpresa me eriza la piel, y de pronto me doy cuenta de que no puedo seguir leyendo, de que me estoy despistando. Me doy cuenta cuando empiezo a trabarme en la lectura. Hay un momento en que me doy cuenta de que aunque leo en catalán se me cuela alguna cosita en mallorquín (para los que no conocen las sutiles diferencias entre estas lenguas, es como si a un argentino que lee un texto español se le escapara un argentinismo como “vos” en vez de “tú”). Entonces trato de recuperar el control para continuar leyendo, pero precisamente eso hace que el placer se desborde. Pierdo la realidad de vista y me corro. Cuando vuelvo a abrir los ojos me cuesta enfocar, tengo que retomar la realidad poco a poco y tardo en recordar la otra pauta que me habían dado: tengo que decir mi nombre y repetir la presentación de lo que he leído. Me cuesta recordar mi nombre y el título del libro, además de tener dificultades para retomar la palabra: miro el lomo del libro para no equivocarme (estuve a punto de decir “La dama de las camelias” en vez de “el carrer de les camèlies” jajaja

ADC¿Era algo imposible de controlar?
R.A.
Totalmente imposible de controlar. Mi atención estaba centrada en la lectura, pues es un texto que apenas había apenas ensayado. Eso hace que tenga que centrarme mucho en lo que leo para no equivocarme, tengo que fijarme en lo que leo para darle la entonación adecuada, para saber dónde empiezan y terminan las frases y de qué va el texto. Mi cerebro, ocupado en esta tarea que me tomo tan en serio, se despista de lo que le está sucediendo a mi cuerpo allá abajo y… el placer del cuerpo se impone.

ADC¿Había alguien más en la sala además de ti misma?
R.A.: Sólo la persona que está debajo de la mesa con el vibrador. El cámara, el iluminador y el director lo dejan todo preparado y se van a otra sala incomunicada, y sólo volverán a entrar cuando yo les avise de que hemos terminado. Eso aporta una intimidad especial y necesaria para que nada me condicione desde fuera. Sólo estamos el libro, el vibrador y yo, porque también me evado de la persona que está bajo la mesa: no la veo, me olvido de que está ahí.

ADC¿No crees que podías estar sugestionada por el proyecto en si?
R.A.: Había visto tres de los seis vídeos de Clayton Cubitt y creía haber entendido de qué iba: el cuerpo y la mente luchan y gana el cuerpo. Me apetecía mucho comprobar si era así, y para mi sorpresa lo fue.Sin duda, lo que sí me condiciona es saber que estoy haciendo algo muy bonito, algo que me apeteció desde el primer momento, y de ahí mi entrega total al proyecto.

ADC: ¿Cuál es tu conclusión de esta experiencia, como mujer y como investigadora del erotismo?
R.A.:
 
La principal conclusión es que dejarse llevar es fundamental y hay más vías para dejarse llevar que elaborar fantasías eróticas en la mente. El cuerpo se estimula mediante lo que imaginas en el cerebro (puedo fantasear con un fontanero o con que soy una mujer ingenua o una alumna traviesa…) pero también el cuerpo puede dejarse llevar gracias a la desconexión del cerebro de lo que está pasando en el cuerpo. El cuerpo es pillado por sorpresa, podría decirse. El control cerebral está ocupado, distraído, en la lectura. Y entonces el cuerpo siente por sí mismo, sin intermediarios: el vibrador produce estimulación y esa estimulación, limpia de ningún control o descontrol voluntario… se deja hacer. para mí es la demostración de que el cuerpo es una máquina perfecta que funciona, también y de maravilla, sin control cerebral. Otro tema destacable: algunas palabras me resonaron especialmente excitantes, de pronto, y eso me da risa cuando lo recuerdo: de pronto lo que estaba leyendo, que no era erótico, me parece que tienes dobles sentidos eróticos. El mejor ejemplo es la palabra “ampolla” (botella, en catalán) que me resonófonéticamente: mi cerebro se quedó con el eco: “polla, polla”… (jajajaja)

Espero que lo hayáis disfrutado tanto como lo he disfrutado yo. Ha sido un descubrimiento muy gratificante. Hysterical Literature, cómo podemos llegar a disfrutar de la lectura… Fascinante.

Y tú, ¿te atreverías a participar en algo así?

Etiquetas: Clayton Cubbit, Hysterical Literature, Me gusta el sexo, Roser Amills

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