-¡Doctor, tengo un problema terrible! -¿Ah, sí? ¿Qué le sucede? -Mi mujer habla dormida, toda la noche. Ya no sé que hacer. -Será fácil: tráigame a su mujer para que la cure. -Pero no, doctor. No quiero que usted cure a mi mujer. Quiero que me cure a mí. Cada noche ella dice cosas sublimes, pero yo desgraciadamente acabo durmiéndome. Deme un remedio para quedarme despierto la noche entera, escuchándola. ||| No te pierdas mis vídeos más recientes, aquí: VÍDEOS de Roser Amills y suscríbete a mi canal de YOUTUBE 😉

Comparte y comenta esta entrada: