¡Déjate llevar! No reprimas tus instintos, tampoco tus dudas e inse-guridades, confiésalo todo y ábrete (de piernas y de miras) y pon un toque de creatividad y buen humor a tus momentos más íntimos.

Para erradicar la insatisfacción, abandonarse es la clave, pero abandonarse positivamente (y a conciencia)
En una época en la que estamos acostumbrados a controlar los sentimientos, la natalidad, la pareja…, ¿qué pasaría si simplemente nos dejáramos llevar? A veces estamos tan ocupados pensando en organizar y no en sentir, acumulamos la presión y las tensiones que ello implica… Que no nos damos espacio para sentir el aquí y ahora de estar junto a nuestra pareja. No está de más tenerlo en cuenta, digo yo. Por si acaso.

Date permiso para abandonarte y reivindica que ese derecho te pertenece.
Así como son muchos los caminos que llevan a la tensión, existen otros tantos que llevan a la relajación: acuerda con tu pareja un turno de “abandonos” y en días alternativos, por ejemplo, se deja ir uno y el otro es el que se esfuerza, y viceversa. Porque quizás no sabes abandonarte, por mucho que ahora mismo te cueste aceptarlo. Déjate caer de espaldas en la cama y deja que el otro se encargue de todo, con la promesa de que al día siguiente tú te encargarás de hacer lo mismo, pero desde el otro lado.

Tener presente lo que ya tenemos es un excelente punto de partida.
Andamos a veces tan preocupados por lo que nos falta, por cualquier suceso negativo en nuestra vida sexual –tiene eyaculación precoz, no quiere hacerlo con la luz encendida, no me besa, me besa demasiado…-, por tantos ruidos psico-emocionales… que se nos olvida ver lo que tenemos y hemos conseguido hasta hoy mismo, nos olvidamos de valorarlo: ¿puedes correrte sola o con la ayuda de algún juguete sexual?

Pues si es así, eso ya lo tienes, y si no… ¿a qué estás esperando para empezar a jugar?

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