Para mí fue un placer trabajar como editora de este libro, ‘Marilyn íntima’ (RBA Libros, Barcelona 2006), a cargo del periodista Víctor Fernández, en el que se presenta el legado de la actriz a través de la Colección Maite Mínguez.
resultó de lo más laborioso por la profusión de imágenes y documentos a escanear y fotografiar: el libro no supone una biografía o un catálogo sobre la actriz, sino un repaso de su vida a través de los vestidos y objetos relacionados con Marilyn que conserva en la actualidad la coleccionista barcelonesa.
Profusamente ilustrado –algunas de las fotografías son inéditas– y dividido en siete capítulos, la obra recorre la vida privada del mito basada en su objetos más íntimos, desde las primeras fotografías de la infancia hasta el cenicero que se encontró a su lado el día en que falleció.
Vestidos de Marilyn Monroe para sus películas, una taza de bebé, la primera fotografía que se conoce de la artista, cinco cabellos, sus primeras instantáneas como modelo, joyas, portadas de revistas, su agenda personal, el contrato que firmó para ‘Los caballeros las prefieren rubias’, serigrafías de Andy Warhol o una placa de la lápida de su tumba son algunos de los objetos que componen este libro en el que trabajé como editora.
Las fotos que lo componen proceden de la colección de la barcelonesa Maite Mínguez Ricart, poseedora del más importante fondo de objetos sobre la artista, que se exponen por primera vez de una forma completa aprovechando el 80 aniversario del nacimiento de la actriz.
La colección de Maite Mínguez está formada por 1.800 piezas, parte de las cuales han sido exhibidas en festivales de cine o en el Museo del Cine de Girona. Su pasión por el celuloide arrancó en la infancia y la ha llevado a recorrer las más prestigiosas casas de subastas del mundo en la búsqueda de objetos relacionados con el Séptimo Arte, en el que Marilyn Monroe ocupa un capítulo especial. Se pueden ver desde fotografías inéditas de la infancia y la juventud, algunas de ellas escritas por detrás por la propia actriz como en una que sale de bebé y dice «yo cuando era muy pequeña».
Entre la memorabilia figuran también los guantes y el cáliz de su boda con Arthur Miller, el primer pintalabios, la entrada para la fiesta de aniversario de John Fitzgerald Kennedy o el supuesto primer autógrafo de la actriz en la fotografía de graduación del instituto.