En la poesía de Peri Rossi la expresión del deseo toma cuatro caminos distintos: la expresión directa y espontánea del mismo, el recurso irónico y sarcástico, el juego con el lenguaje y la elevación del deseo a proporciones míticas.

Todo esto se limita a una única cosa: “movido por el deseo, el hablante genera posibilidades de liberación de la prisión mental, de rebelión del cuerpo y de la palabras, de comunión con lo otro.” (Verani 1995: 12)

El deseo de romper con todo lo que limita la libertad humana y de despojarse de convencionalismos e hipocresías encuentra en el lenguaje y en el erotismo un placer semejante; es que el placer del lenguaje equivale al placer erótico.

se echa desnuda en el sofá,
abre las piernas
se palpa los senos de lengua húmeda
mece las caderas
golpea con las nalgas en el asiento
ruge, en el espasmo.

(En Diáspora. 2001)

Lewis Carroll fotografiaba niñas vestidas
Y a veces fotografiaba niñas desnudas
Por afición a la fotografía,
Por afición a las niñas
A las cuales dedicó un libro terrible
Alicia en el país de los espejos,
Libro que desagrada a todos los niños
Y despierta la curiosidad de aquellos adultos
Que quisieran fotografiar niñas vestidas
Niñas a veces desnudas
Pero no se animan a hacerlo por carecer de espejo.

(En Diáspora. 2001)

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