Anita Berber fue una de las personalidades más fascinantes de la Alemania “expresionista” y decadente de la República de Weimar en los años 20, y como leemos en la biografía “The Seven Addictions and Five Professions of Anita Berber” que le dedicó Mel Gordon, la pelirroja Anita fue sin duda alguna la personalidad más decadente en un mundo sin límites morales o restricciones legales. Bailarina y performes, tras sus espectáculos de danzas de la lujuria aparecía en los nightclubs y casinos exhibiendo su cuerpo bajo un chal de marta, con un mono colgado de su cuello y un broche plateado repleto de cocaína. Todos temían a la perversa starlet, quien podía ofrecerse sexualmente a cambio de dinero, robar o golpear a quien se le antojara. No contenta con seducir a las esposas de los caballeros más pudientes, les obligaba a entregarle a sus hijas vírgenes. La prensa amarilla se nutría de escándalos sobre la vida libertina de la Berber: bisexualidad, orgías en hoteles, colección de mascotas exóticas, adicciones diversas y ataques de ira.

Comparte y comenta esta entrada: