En “De Ledoux a Le Corbusier”, Emil Kaufmann cuenta que Nicolas fue uno de los arquitectos más activos de Francia, protegido de Madame du Barry, la amante del rey Luis XV, y autor de las más importantes obras públicas de la época. Creó un ambicioso proyecto arquitectónico que pretendía aprovechar el potencial inspirador de los burdeles, algo atrevido para el siglo XVIII, y quizás por eso no llegó a construirse, aunque se han conservado los planos y dibujos que preparó. Las fachadas sin ventanas de su Oikema o Casa de Placer, que quería emplazar en un bello paisaje, parecen las de un templo clásico, sólo si se ve desde encima, si se mira su planta, se comprueba que tiene forma de pene. En lo que correspondería a los testículos están los salones de espera y la recepción, en la parte recta hay un pasillo central con las habitaciones a los lados, que termina en otro salón circular más pequeño que sería la punta del glande. Este edificio estaba destinado a ser el lugar de iniciación a una nueva sexualidad, la consecución de una nueva moral, una forma de matrimonio nueva y más libre, una casa de las pasiones desatadas para llegar al «Altar de Himeneo».

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