“Buenos dÃas. Habla con el contestador automático de alguien que, o no está al otro lado de la lÃnea, o por diversas razones se niega a responder. Si me conoce, sabrá que la voz que en estos momentos le habla no es la mÃa. una de las bondades del contestador automático es que, además de preservar la intimidad, también asegura impunidad. Esta voz es alquilada.”
Luis Sepúlveda