Los desnudos han fascinado durante todas las épocas a los artistas por su plasticidad y evocación de las luces y sombras de la esencia humana. El desnudo femenino tarda mucho en aparecer en el arte griego: el primer cuerpo femenino que se esculpió fue hecho en mármol por Praxíteles en el siglo IV a. C.. Es el primer desnudo público. Antes, de forma puntual, los pintores de vasos habían dibujado cuerpos desnudos de mujeres, pero siempre justificadas por la acción narrada -como mujeres que van a ser violadas- o por su estatus social, prostitutas o hetairas.