En el “Ulises”, Joyce dedica detallados pasajes a las actividades humanas más banales y consideradas tabú: glotonería, defecación, orinarse, demencia, masturbación, voyerismo, alcoholismo, sadomasoquismo y coprofilia, la mayoría protagonizadas por Bloom. Lo cierto es que estos temas interesaban sobremanera a Joyce en la vida real, como puede verse en esta carta escrita desde Dublín el 9 de diciembre de 1909, donde Joyce comparte con su amada todo tipo de fantasías, rogando a Nora que haga lo mismo: “Las dos partes de tu cuerpo que hacen cosas sucias son las más amadas por mí. Prefiero tu culo, querida, a tus tetitas porque hace cosas más sucias. Si amo tanto tu coño no es por ser la parte de tu cuerpo que penetro, sino porque hace otra cosa sucia. Puedo pasar todo el día acostado masturbándome en la contemplación de la divina palabra que escribiste, y la cosa que dices quisieras hacer con tu lengua. Desearía poder oír tus labios murmurando esas celestiales y excitantes palabras sucias, ver tu boca haciendo ruidos y sonidos sucios, sentir tu cuerpo culebreando debajo de mí, oír y oler los gruesos sucios pedos de niña irse pop pop fuera de tu hermoso culo desnudo de niña y follar, follar, follar a mi ardiente culo sucio de pajarita folladora por siempre”.