Diario de Mallorca – Francesc M. Rotger 18-9-2016

Sergio Vila-Sanjuán, periodista, escritor y moderador de la mesa, recurrió a su familia en el coloquio Fantasmas, ayer sábado, en Formentor. Con una bisabuela muerta cuyo retrato lanzaba suspiros, en la casa solariega, a quienes se atrevían a acostarse en la alcoba donde estaba colgado; hasta que fue a parar a un baúl. «Lo pedí para traerlo aquí pero no me dejaron», sin descartar que, en el futuro, pueda acompañar en su habitación del hotel a quien sea lo bastante osado.

Manuel Rodríguez Rivero, editor y articulista, quiso «rendir homenaje» a Carlos Fuentes, tan ligado a estos parajes, eligiendo su Aura, protagonizada por una mujer de ojos verdes, dijo, como las aguas de Formentor. «Una obra cumbre de la literatura fantástica» que le recuerda a otro relato admirado, Los papeles de Aspern, de Henry James, y donde aparecen «brujas, cancerberos, sueños, gatos (el mejor aliado de las brujas), machos cabríos, conejos, exvotos» y esa mirada de Aura, quizás inspirada en el color de los ojos a que Bécquer dedicó una de sus leyendas.
Al periodista y escritor Ignacio Vidal-Folch iban a enviarle a la mesa Sombras, «que me gustaba», luego a Arpías, «que no me gustaba», para recalar en ésta; si bien él hubiera preferido «la de extraterrestres», que no la había en esta convocatoria, «porque lo de la Tierra no tiene solución». Con su Barón Bagge, Alexander Lernet-Holenia era el único autor con doblete en estas conversaciones: La historia de un jinete que cabalga con los muertos. «Me interesa no sólo por la metáfora de lo que somos todos los lectores», sino también de un entorno «de muertos que han perdido la curiosidad»

Roser Amills era muy esperada; por mallorquina y por «agente provocadora en el mundo cultural barcelonés», según el moderador. Y en efecto, trazaba un muy sugerente paralelismo entre las ‘Rondalles’ de Mossèn Alcover y su elección, las Mitologías del irlandés Yeats. Ambas presentan una «realidad ampliada», como en el Pokemon Go «los que juegan acaban considerando» a los seres virtuales «parte de su realidad». La conclusión es que «tenemos que hacernos amigos de los fantasmas y, si ellos suspiran, suspirar un poco con ellos».

El poeta y novelista Antonio Enrique aprendió en su Granada natal que a medianoche aparece un caballo sin cabeza. Lo mismo que Valle-Inclán se crió con las historias de Micaela la Galana y de ahí su Jardín umbrío. Un libro descatalogado, lo que le permite pensar «que lo estás leyendo en el mundo tú solo». Cuando no es así, «los que leen el mismo a 10.000 kilómetros te están interfiriendo». Relatos de vampiros, pactos diabólicos con «un gato negro, pobres gatos» de quien califica como «el genio» del 98.

Vila-Sanjuán se decantó por Cuento de Navidad, «el mayor bestseller del siglo XIX», que Dickens se autoeditó, transformando en novela un informe sobre la pobreza infantil. Destacó su «fórmula mágica» al «tratar el tiempo» con los tres fantasmas del pasado, el presente y el futuro, y su apuesta por la bondad.

Formentor vivió ayer también la mesa Espíritus con la animada puesta en escena de Mercedes Abad, una canción de Antón Castro y las intervenciones de Francisco Casadesús, Sònia Hernández y Aurelio Major.

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