Conclusiones experimento #jessicaesmala de ayer en INSTAGRAM, Facebook, Twitter y blog

Ayer por la tarde puse en marcha la siguiente propuesta interactiva: colgué una serie de fotos pícaras con una gradación de tonos, de menos a más sexuales. El mensaje era muy parecido: gratuito, divertido y atrevido. Pero este conjunto iba a hablar, sutilmente, de las oportunidades y privilegios que, en nuestra cultura, son considerados como masculinos y femeninos: las mujeres podemos estar graciosas y simpáticas, pero nada de expresar arrojo o libertad sexual (o las demás mujeres se sentirán ofendidas y dejarán de seguirte, castigo por haber sido MUY MALA)

“La ciberfeminista es una mezcla única entre activista, ciberpunki, pensadora y artista”
Alex Galloway

En 1997, un grupo de mujeres firmaron en la Documenta de Kassel un texto titulado las “100 anti-tesis del ciberfeminismo” con el que reivindicaban la fuerza de la ironía como arma de intervención política radical. “El ciberfeminismo no es una fragancia, no es una pipa, no es un fake, no es genético, no tiene sólo un lenguaje…”

Digo yo que el amor por la libertad consiste en amar y respetar la libertad de los demás, incluso celebrarla!!! Si estás de acuerdo con esta “causa”, sígueme en instagram, porque ahí se verá si lo que propongo es descabellado o más cuerdo que la “cordura” represora ;))

Puedes seguirme aquí sobre estos asuntos: Roser Amills en Instagram

1) La buena chica de los años 40 que sonríe bondadosa y tiernamente (y no da problemas):

Estas fotos gustan lo mismo a chicos y a chicas, los comentarios son todos simpáticos ydesenfadados, es una foto pacífica ;)) Claro! Responde al ideal de la mujer inofensiva y que no da problemas y prepara bizcochos. Ninguna mujer dejó de seguirme por esta foto (dejar de seguir, en la redes sociales, el consabido unfollow, es el castigo para expresar enfados morrocotudos :))

“Cocinas mostradas con cariño”: los comentarios son pocos y se limitan a “A veure si et cremaràs”

A la segunda foto ya le añadí un mensaje un poco travieso: “¿Tienes horno? Yo sí”. Aquí ya se interpretó eróticamente el mensaje, la palabra horno da mucho juego, a juzgar por los comentarios, pero la foto sigue resultando simpática y no da problemas: tampoco nadie dejó de seguirme en ninguna red social por colgar esta foto, el mensaje seguía siendo sutil.

2) La chica que no muestra nada pero insinúa… (y empieza a ser una chica mala…):

 

 

 

Con esta foto, unas cuantas mujeres siguen la broma picante y sonríen divertidas, muchos hombres aprovechan para dejar volar la imaginación y la consideran sexy

 

Con esta foto recibo mensajes de “Estamos en horario infantil” ysólo comentan hombres

A juzgar por la cantidad de comentarios masculinos, sobre todo, y femeninos, algunos, estas fotos ya llamaron mucho más la atención, y los juegos de palabras se sucedieron con notable creatividad: yo hablaba de “aburrimiento en los grandes almacenes” y las respuestas eran más picantes y atrevidas.

 

3) Y para terminar, la foto de la discordia: ¿a las mujeres nos molesta que otras mujeres muestren su cuerpo? ¿Por qué somos MALAS si nos mostramos?

 

 

La foto que publiqué ayer con la leyenda: “Mi amiga Jessica en el parking: está guerrera, no sé qué le pasa” y “Jessica és mala, no la miréis ;))”

 

Un total de 42 mujeres, únicamente mujeres, dejaron de seguirme anoche por esta foto. Algunas lo hubieran hecho de todos modos, sin duda, porque les apetece y más allá de qué fotos haya colgado, pero… unas cuantas, bastantes, lo hicieron porque les molestaba esa foto en parlicular, la de una mujer (Jessica ;)) que expone su feminidad sin pudor, con una actitud que estamos más acostumbradas a observar en hombres, una actitud impropia de una BUENA CHICA.

La belleza verdadera de la mujer cristiana.

1 Tira. 2:10, “como conviene a mujeres que profesan reverencia a Dios”.
1 Ped. 3:3, 4, “Y que vuestro adorno no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea la persona interior del corazón, en lo incorruptible de un espíritu afable y apacible”.
Para Dios y para hermanos fieles, esta es la verdadera belleza.
Problemas de la ropa deshonesta.
Mat. 5:28, “yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón”. No se niega que el hombre puede codiciar la mujer más modesta, pero la mujer cristiana debe estar segura que ella no use ropa provocativa que cause tal codicia.
La mujer cristiana, mujer de cordura, mujer ordenada, con sentido de vergüenza simplemente no exhibe y no deja ver partes del cuerpo que provocan la tentación.
Como todos saben, hay partes del cuerpo femenino que son tentadoras. La ropa que señala estas partes tentadoras es ropa deshonesta, indecente, vulgar.
Una de las obras de la carne es lascivia (Dicc. Vine: “la idea a destacar es la de una conducta desvergonzada”). La persona que se vista de una manera provocativa o seductiva promueve la lascivia.

 

¿Qué opináis? Abramos el debate.

Las fotos que una mujer cuelga, libremente, no son ni buenas ni malas, son una simple expresión más de lo que somos… Me preocupa este sutil feminismo antipornográfico de censurarnos las unas a las otras, me temo que cuando son las mujeres las que se dedican a censurar a otras mujeres estamos entrando en un juego absurdo en el que ninguna mujer sale ganando y, sobre todo, perdemos todas: censurar las fotos de otras mujeres por “demasiado descaradas” demuestra lo inseguras que estamos aún, no somos aún dueñas de nuestra libertad sino que la depositamos en la arbitraria clasificación de “lo que está bien” y lo que “no está bien”, y lleva a censurar la legítima expresión femenina altruista y las propias experiencias sexuales.

¿Por qué molesta una mujer descarada? ¿Queremos ser “señoritas bien” o mujeres?

Dicho de otro modo: si censuras a otras mujeres por hacer lo que no te atreves a hacer tú, como si fueran malas (aquí entran desde el miedo y las represiones hasta la envidia), lo que haces es limitarte a ti misma, ¿o no?  

Simplemente he mostrado una serie de observaciones, superficiales y basadas en primeras impresiones a raíz de un experimento eminentemente lúdico. Lo que sí sé es que a mí no me molesta que otras mujeres cuelguen fotos de sus cuerpos, sus actitudesw y lo que les apetezca mostrar y, en un debate, defendería que cada una que haga lo que quiera, y aprendiendo a respetar y acostumbrándonos a verlo sin más quizás podremos cambiar los prejuicios que limitan la feminidad. Dejémonos de remilgos, ver a otras mujeres “dejándose ir” con alegría podemos divertirnos mucho más que haciendo de institutrices las unas de las otras.

Históricamente las leyes sobre decencia han sido usadas en muchos países para censurar la educación y la libertad sexuales, vitales para la independencia sexual de las mujeres y la propiedad de las decisiones sobre nuestros cuerpos. ¿Seguiremos apoyando estas actitudes limitadoras con nuestras censuras particulares?

¿Cuánto nos queda, a las mujeres, de la educación absurda que tanto nos perjudicó en el pasado?:

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