Esta mañana he recibido una serie de fotos muy frescas y originales que le ha hecho el crack Guy Aelbrecht a mi novio, y al verlas en la pantalla de mi ordenador he hecho una captura y he exclamado a los cuatro vientos de mis redes sociales un “Qué guapo es mi novio!!”
de lo más sentido. No me hacen falta las fotos para pensarlo, claro, y a quién le importa esta información… Pero en eso consisten las redes sociales, en compartir mucho de lo que nos sucede a diario así, por impulso… Es como sonreir por la calle, a nadie le importa por qué nos reímos, pero lo hacemos y nos ven y puede tener consecuencias.
Sí, ha sido el equivalente a una sonrisa íntima pero visible: verle en poses diferentes a las fotografías que habitualmente le hacen otros fotógrafos, más estáticas y serias, me ha gustado tanto que lo he expresado tal cual, sin filtros.
Son las fotos que acompañarán la comunicación de su nueva novela, de las que os podré hablar más adelante, y hasta aquí todo son buenas vibraciones, ilusión y cariño tanto por él como por el trabajo del fotógrafo (cada uno el cariño que le toca, jejeje), hasta que ha llegado un comentario “graciosillo” de Maika Risquez, y no le he encontrado la gracia.
Juzgad vosotros mismos: ¿no os parece demasiado agria para una bonita soleada tarde de lunes pre-primaveral?
Por supuesto, cada uno es libre de decir y escribir lo que le dé la gana, pero… Hay que decir que no nos conocemos tanto, Maika y servidora, como para que esto sea un comentario cómplice y simpático. Es un comentario repelente y gratuito. A veces la distancia del pseudo-anonimato de las redes sociales nos lleva a hacer cosas de las que nos avergonzaríamos en la vida real. Y una cosa es opinar (“me gustan más o menos estas fotos”, “no es mi tipo” etc) y otra faltar a otra persona, porque no sé qué pensaréis vosotros pero no me imagino a Maika atreviéndose a decirle esto por la calle a una persona a la que no conoce personalmente y con tan poco tacto… Le podría suceder lo que veis en la captura de este post: que se le responda que se ha pasado y que su comentario no viene a cuento, jajajaja ¿Estás bien, Maika? ¿Tienes un mal día?Ojalá en las redes sociales mantuviéramos la misma cordura y tacto que se nos presupone en la vida real, estamos quizás aún en pañales en lo que a las “buenas maneras” cibernéticas se refiere.
Y claro que no tiene más importancia, pero me sirve de excusa para reflexionar sobre lo que comunicamos en las redes sociales cuando nos expresamos: yo me paso de la raya hablando de mis emociones más primarias, y puede suceder que el otro, el receptor, se pase de la raya expresando las suyas, igualmente primarias. Y ahí entra la importancia de tomar conciencia, de vez en cuando, de lo que hacemos: estas interacciones pueden ser una fuente inagotable de estímulos y aprendizaje mutuo… o el cesto de la ropa sucia de las más bajas pasiones.
¿Le aporta algo al mundo ir de faltón por las redes? Me gustará conocer vuestra opinión sobre este asunto, y de paso aquí os dejo las fotos que le ha hecho Guy Aelbrecht a Víctor Amela para que podáis verlas con detenimiento, jejeje, y os enlazo una muestra de las que me hizo a mí hace unos meses y que también me gustaron mucho. Nadie es perfecto y me podéis destacar mil defectos, pero el defecto de la amargura lo tengo a raya y no se lo endoso a nadie “indirectamente” criticando a un tercero… porque he aprendido que es mucho mejor celebrar lo bueno de los demás, precisamente, y no creernos tan “chulis” como para criticar sin argumento y sin que venga a cuento. Así se vive mejor en comunidad, Maika, ¿no te parece? ;))
ACTUALIZACIÓN: Maika ha dicho que era broma, y está bien. Una broma gratuita que nos permite meditar sobre la facilidad que tenemos para dejar aflorar malos rollos. Dediquemos la energía a hacer aflorar buenos rollos y ya veréis como terminamos con la crisis, jejeje
FOTOS DE VÍCTOR AMELA, por Guy Aelbrecht (marzo 2014)
Esta muy guapo Victor Amela
Yeah!!! Gracias por estar ahí y recordárselo ;))