TERRA CHILE – 06 de agosto de 2012 06:46 AM 

Para Mario Vargas Llosa, «hacer el amor en nuestros días, en el mundo occidental, está más cerca de la pornografía que del erotismo», una idea que se refleja en libros de gran éxito actual como la trilogía «Cincuenta sombras de Grey», de E.L James, y otros títulos con sexo explícito que llegan en otoño.

Una tendencia que algunas editoriales han dado en llamar «Porno para mamás», un nuevo pseudogénero comercial que quiere ir dirigido a las mujeres, o determinadas mujeres, -que son las que más libros leen, según todos los barómetros- y que hace que las editoriales en esta época de crisis se sumen a ella y busquen de forma desaforada títulos que atrapen.Así, HarperCollins, la poderosa editorial angloamericana parece que ya ha encontrado sucesor para la «Trilogía Cincuenta sombras de Grey», que lleva vendidos más de 15 millones de ejemplares, con «Indiscreción», de Charles Dubow, la nueva apuesta de tema sexual con la que la que esta editorial está creando gran expectación, y que, curiosamente, saldrá antes en España (Planeta la sacará en octubre) que en Estados Unidos, donde verá la luz en 2013.»Indiscreción» quiere subir un peldaño más la temperatura con abundantes escenas de sexo explícito, y va dirigido a «aquellas mujeres que quieren más», como reza la publicidad.
Temas como la infidelidad o el aburrimiento marital recorren estas páginas de gran tensión erótica y sexualidad, todo ello en medio de escenarios glamurosos en Nueva York, París o Roma, con escenas muy sofisticadas y ambiente cosmopolita encarnado en sus protagonistas, una pareja de clase alta.
Algo que los editores han pensado que puede ser ideal para enganchar y evasivo en tiempos de depresión económica.

«Esta vez no se resiste, no puede. Y entonces ella está sobre él, a horcajadas. Se saca el vestido por la cabeza, tirándolo descuidadamente en un rincón. Los puntos negros de sus pechos resaltan sobre su pálido cuerpo en el resplandor azul de la habitación. Sus brazos le rodean, su olor, la suavidad de su piel, su calidez». Este es un fragmento de la novela del norteamericano Charles Dubow.
Pero antes de que llegue la que dicen será la novela más tórrida del otoño, el mundo editorial, que ha visto cómo le afecta la crisis de lleno, con un importante descenso de ventas, está llenos de títulos con contenido subido de tono, erótico, sexual o morboso, que de eso también hay.
Como por ejemplo, «Cada gota de tu gota», editado en Alienta, es otra muestra de esto que se ha dado en llamar «Porno para mamás». Se trata de la primera novela de la poeta Yolanda Saénz de Tejada, quien propone, a través de las cuatro mujeres protagonistas, un juego erótico con el objetivo de poner a prueba el «yo» oculto de cada una de ella y experimentar así con sus propios límites.

Otro libro calentón, curioso, con mucho humor y de mucho éxito es el libro de la escritora catalana Roser Amills, «Las 1.001 fantasías eróticas y salvajes de la historia» (Parentésis) un texto con las revelaciones de las fantasías eróticas de personajes célebres, entre escritores, músicos, políticos, artistas, actores y actrices vivos y muertos.
Borges, Frida Kahlo, Marilyn Monroe, Juan Ramón Jiménez, Einstein, Edison, Patti Smith, Dalí, Fidel Castro, Mata Hari o decenas más de personajes famosos, abren sus secretos más íntimos en este libro, que tiene una premisa: «la imaginación no delinque».

También el italiano Fabio Volo (Calcinate, Bérgamo, 1972) añade calor a los estantes con su novela «La primera luz de la mañana» (Plaza Janés), un éxito en ventas no solo en su país, donde ha ocupado meses el primer puesto de las listas de los más vendidos, sino en todo el mundo.
En ella, este autor se mete en la piel de una mujer insatisfecha con su matrimonio pero incapaz de romper la relación ni de intentar mejorar las cosas.
Con abundante sexo explícito en sus páginas, Volo se pone en la piel de esta mujer que, al final, descubre el deseo en otra parte y se lo muestra al lector, aunque el autor dijo, en una entrevista a Efe, que no había sido fácil de contar, porque hablar de sexualidad es difícil para un narrador.

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